El acero inoxidable es un material esencial ampliamente utilizado en la industria moderna y en la vida cotidiana. Entre los diversos tipos, el 316 y el 316L son dos aceros inoxidables austeníticos de uso común, que ofrecen excelente resistencia a la corrosión y propiedades mecánicas. Sin embargo, la elección entre el 316 y el 316L en aplicaciones específicas puede variar significativamente. Este artículo analizará las diferencias entre el 316 y el 316L en composición, rendimiento y aplicaciones, y explorará los factores clave para elegir uno.
Diferencias en la composición química entre 316 y 316L
La principal diferencia entre 316 y 316L radica en su contenido de carbono:
- Acero inoxidable 316: Contenido máximo de carbono de 0,08%.
- Acero inoxidable 316L: Contenido máximo de carbono de 0,03% (L significa “bajo contenido de carbono”).
Aparte del contenido de carbono, los demás elementos de aleación principales, como el cromo, el níquel y el molibdeno, son prácticamente los mismos para ambos grados:
- Cromo (Cr): 16-18%
- Níquel (Ni): 10-14%
- Molibdeno (Mo): 2-3%
El menor contenido de carbono en 316L le confiere mejor soldabilidad y resistencia a la corrosión intergranular.
Diferencias en las propiedades mecánicas entre 316 y 316L
Aunque 316 y 316L son similares en términos de resistencia y ductilidad, existen diferencias sutiles:
- Acero inoxidable 316: Presenta mayor límite elástico y resistencia a la tracción, lo que lo hace más adecuado para entornos de alta temperatura o alta tensión. Su límite elástico es ≥205 MPa, su resistencia a la tracción es de 515-690 MPa y su elongación es ≥40%.
- Acero inoxidable 316L: Resistencia ligeramente menor, con un rendimiento de ≥170 MPa y una resistencia a la tracción de 485-620 MPa, pero el alargamiento también es ≥40%.
Por lo tanto, el 316L es más adecuado para aplicaciones donde la soldabilidad y la resistencia a la corrosión se priorizan sobre la resistencia mecánica.
Diferencias de resistencia a la corrosión entre 316 y 316L
Ambos materiales exhiben una fuerte resistencia a la corrosión, particularmente en entornos químicos comunes, pero la adición de molibdeno influye en su desempeño en condiciones específicas:
- Acero inoxidable 316: ofrece buena resistencia a la corrosión y es adecuado para la mayoría de los entornos químicos, aunque puede no ser tan duradero como el 316L en entornos de cloruro o agua salada.
- Acero inoxidable 316L: El menor contenido de carbono evita la corrosión intergranular durante la soldadura, lo que lo hace especialmente adecuado para aplicaciones donde no se realiza un tratamiento térmico posterior a la soldadura y para su uso en entornos altamente corrosivos como agua de mar y medios que contienen cloruro.
Comparación entre acero inoxidable 316 y 304
Cuando hablamos de 316 y 316L, comparándolos con el acero inoxidable más utilizado, el 304 es el más común.
- Acero inoxidable 304: No contiene molibdeno y tiene un menor contenido de níquel (8-10.5%), lo que resulta en una menor resistencia a la corrosión que el acero 316 o 316L, especialmente en entornos con cloruro. Sin embargo, el acero 304 sigue teniendo un buen rendimiento en aplicaciones industriales y domésticas generales y es más rentable.
- Acero inoxidable 316: con molibdeno 2-3%, ofrece una resistencia superior a la corrosión de iones de cloruro y es adecuado para entornos más exigentes, como las industrias marinas, químicas y de procesamiento de alimentos.
Factores clave para elegir entre acero inoxidable 316 y 316L
En aplicaciones prácticas, la elección entre 316 y 316L debe basarse en los siguientes factores:
1. Soldadura Requisitos
Si la soldadura es un proceso importante en la aplicación, se suele preferir el acero 316L, ya que su menor contenido de carbono previene eficazmente la corrosión intergranular durante la soldadura. Al no requerir tratamiento térmico posterior a la soldadura, el acero 316L es ideal para proyectos de soldadura a gran escala.
2. Resistencia a la corrosión
En entornos donde el equipo está expuesto a medios corrosivos durante largos periodos (p. ej., industrias química, marina y farmacéutica), el acero 316L ofrece un mejor rendimiento, especialmente en ambientes con agua salada o cloruro. Si el entorno es menos corrosivo, se puede optar por el acero 316.
3. Requisitos de resistencia
El acero inoxidable 316 tiene una mayor resistencia mecánica, lo que lo hace adecuado para aplicaciones de alta temperatura o alto estrés. El 316L, con una resistencia ligeramente menor, es mejor para aplicaciones donde la resistencia a la corrosión y la soldabilidad se priorizan sobre la resistencia mecánica.
4. Entorno de alta temperatura
El acero inoxidable 316 presenta un mejor rendimiento mecánico y resistencia a la oxidación a altas temperaturas. Si la aplicación implica temperaturas superiores a 425 °C, el 316 es más adecuado. Para entornos de soldadura de temperatura media a baja, el 316L es el material preferido.
5. Consideraciones de costos
Dado que el 316L tiene un costo de producción ligeramente más alto que el 316, elegir 316 puede ayudar a ahorrar costos cuando no se requiere alta resistencia a la soldadura y a la corrosión.
6. Normas regulatorias o de la industria
En ciertas industrias, como las de equipos farmacéuticos o de procesamiento de alimentos, las regulaciones o normas pueden exigir el uso de 316L para garantizar que el equipo no se corroa durante el uso ni contamine el producto o el medio.
Acero inoxidable de doble grado 316/316L
¿Qué es el acero SS316/316L de doble grado?
SS316/316L de doble grado se refiere a un material de acero inoxidable que cumple con las especificaciones y requisitos de los grados 316 y 316L.
El acero de doble grado SS316/316L puede servir eficazmente para aplicaciones de aceros inoxidables 316 y 316L, ya que cumple con los requisitos de composición química y rendimiento mecánico de ambos grados.
Este material mantiene un contenido de carbono controlado dentro del rango inferior especificado para 316L (máximo 0,031 TP3T), lo que previene la corrosión intergranular después de la soldadura sin necesidad de tratamiento térmico. A pesar de su menor contenido de carbono, posee suficiente resistencia y durabilidad para satisfacer las exigencias de entornos de alta tensión.
Además, su resistencia a la corrosión es comparable a la del 316 y el 316L, lo que lo hace adecuado para entornos que requieren resistencia al agua salada y a los cloruros. La versatilidad de este material de doble grado simplifica la adquisición y la gestión del inventario, eliminando la necesidad de almacenar por separado el 316 y el 316L, a la vez que satisface diversas aplicaciones en soldadura, entornos corrosivos y requisitos de resistencia.
El SS316/316L de doble grado es una opción de material flexible y de amplia aplicación, que combina soldabilidad, resistencia a la corrosión y resistencia.
Conclusión
El acero inoxidable 316 es ideal para entornos con alta resistencia, rendimiento a alta temperatura y buena resistencia a la corrosión, particularmente en aplicaciones sin soldadura.
El acero inoxidable 316L se destaca en entornos que requieren soldabilidad superior, resistencia a la corrosión intergranular y exposición a largo plazo a duras condiciones corrosivas, lo que lo hace ideal para aplicaciones que necesitan evitar el tratamiento térmico posterior a la soldadura.


